Meditación: El Arte de conectar contigo mismo en el Aquí y el Ahora
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Meditación: El Arte de conectar contigo mismo en el Aquí y el Ahora


En nuestro acelerado mundo actual diariamente lidiamos con el estrés, la tensión o angustia en nuestras actividades del trabajo o de la vida cotidiana, donde nuestra mente está constantemente llevando la atención hacia el futuro, preocupados por las cosas debemos hacer después, o hacia el pasado, pensando en lo que ya ocurrió y no podemos cambiar. Este estado mental se torna patológico y dañino en muchas formas, pues crea una división entre la mente y el cuerpo, los que naturalmente debieran estar en armonía, ya que para nuestra dimensión física existe únicamente el tiempo presente.


A raíz de esta separación es que aparecen con el tiempo diversos malestares y enfermedades a nivel físico y mental, es bien sabido que el refrán “mente sana, cuerpo sano” tiene bastante sustento desde la ciencia, además en la actualidad se entiende que el concepto de salud y bienestar es un todo integral, que abarca diversas dimensiones de la vida de la personas.


La meditación es una actividad de conexión con uno mismo y con el tiempo presente, que ayuda a eliminar la separación entre la mente y el cuerpo, que logra conectarnos con el amor propio, fomentando nuestro bienestar, mejorando la salud, entre otros beneficios. Cuando se habla del aquí y el ahora en la meditación, se refiere precisamente a llevar la atención al momento presente, que es un estado físico-mental de presencia o atención, que se caracteriza por ser un estado neutral o contemplativo.

La base de la meditación es la respiración consciente, es decir el llevar la atención a cómo estamos respirando. Esto tiene un efecto inmediato en nuestro estado mental y físico, ya que se trata de una función básica del organismo que se realiza de forma autónoma, pero que también se puede regular de forma consciente, sintonizando nuestro cuerpo con la mente. Para practicar la respiración consciente lo primero es estar cómodo, ya sea de pie, sentado o acostado y concentrarse en percibir cómo el aire ingresa y sale de nuestros pulmones, idealmente con los ojos cerrados para poder enfocarnos más. La respiración debe ser calmada, profunda y sin esfuerzo.


Una gran característica de la meditación es que se puede realizar de muchas maneras, por ejemplo no requiere obligatoriamente el estar totalmente inmóvil practicando la respiración consciente, se puede meditar al estar caminando por la naturaleza, al bailar escuchando la música que más nos gusta o realizando algún hobby o actividad que nos apasiona.


Si lo piensas, ya con el sólo hecho de visualizarnos en alguna de estas situaciones automáticamente nos sentimos diferentes. Éste es un estado físico-mental donde no importa el pasado ni el futuro y estás plenamente presente disfrutando lo que haces en ese momento, estando en sintonía contigo mismo/a.


5 PASOS PARA UNA MEDITACIÓN EN CUALQUIER MOMENTO Y LUGAR

De acuerdo a lo que estés haciendo busca la forma de concentrarte en ti mismo/a, darte un espacio de descanso y pausa necesaria para tu bienestar. Debe ser un momento en el cual puedas estar contigo sin estar pendiente de nadie más que ti mismo/a.

  1. Ponte cómodo/a. Ya sea caminando, de pie, sentado/a o acostado/a, lo importante es que sientas tu cuerpo cómodo y relajado, puedes estirar los músculos de la espalda o cuello si lo necesitas. Si puedes contar con música relajada o sonidos de la naturaleza, una vista a un lugar bonito o que te guste, si la temperatura es agradable y confortable, todo ello ayuda a que tu cuerpo, a través de los sentidos, conecte con el bienestar.

  2. Enfócate en la respiración. Lleva tu atención a cómo el aire ingresa y sale de tus pulmones, acomoda la forma en la que respiras para que haya una buena oxigenación en tu cuerpo, se activará tu energía y vitalidad.

  3. Muévete o percibe. Este es el núcleo de la meditación, dependiendo de lo que estés haciendo, ya sea estando en quieto/a o en movimiento, tómate el tiempo suficiente para percibir lo que ocurre con tu cuerpo, siente la energía, la respiración, la música o el sonido de la naturaleza, el fluir de los movimientos si estás bailando, etc. La clave es no permitir que la mente se vaya a otro lado, pero si llega a ocurrir que te distraes no importa, puedes fácilmente volver a este estado llevando nuevamente la atención a la respiración.

  4. Integra. Este es quizá el paso más importante, al finalizar la meditación debes cerrar los ojos, relajar la respiración y simplemente dejar que el cuerpo y mente “integren” la experiencia, es decir que haya un espacio para que se procese la información del momento vivido en la meditación. Pueden aparecer emociones, sensaciones o visualizaciones, pero lo que sea que ocurra en este paso, date un tiempo para que puedas observar, sin actuar sobre ello y simplemente ser un testigo.

  5. Agradece. Respira hondo un par de veces, abre lentamente lo ojos y agradece por la experiencia que te has permitido.

Con estos 5 pasos podrás agregar a tu rutina diaria esta sana práctica en cualquier momento y donde más te acomode.


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