La respiración guarda relación con nuestro estado de tensión o relajación.
Nuestro estado emocional se ve representado con nuestra respiración y somos capaces imaginar (hacer el ejercicio mental) cómo respiramos en diferentes estados: de alegría, tranquilidad, relajo versus ansiedad, alerta o miedo. Esta relación no es antojadiza. Al respirar profundo y lento movilizamos el diafragma (Músculo ancho situado entre las cavidades pectoral y abdominal y que tiene un importante papel en la respiración de los mamíferos), lo cual activa el nervio vago.
El nervio vago son en realidad dos nervios que salen de la cabeza (del cerebelo exactamente) y enervan el aparato digestivo-intestinal, el respiratorio, el corazón, el hígado y el oído. Es un tipo de nervio que está encargado de transmitir y recibir información de estas áreas, pero al pertenecer al sistema nervioso autónomo, y en concreto al sistema nervioso parasimpático se encarga de favorecer el estado físico de descanso y desactivación de respuestas ansiosas.
Respirar profundo durante el sexo te ayudará a:
Reducir la ansiedad
Relajar tu musculatura
Focalizar tu concentración
Pre calentar el cuerpo para la fase excitatoria
Prolongar el clímax
Activar tu intuición erótica y creatividad sexual
Ampliar tus sensaciones orgásmicas
Conectar con mayor tranquilidad en la pareja
y más..
La respiración profunda moviliza todo tu cuerpo, tu energía y tu capacidad orgásmica, generando concentración focalizada en el sentir de tu respuesta sexual que involucra el deseo, el placer, la excitación, los orgasmos. Ayudando además a prolongar el estado excitatorio o clímax sexual en mejor sintonía con tu cuerpo y pareja sexual.