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«Quiero hacerlo por placer no por deber»
Puede que esta frase resuene contigo, ya sea por experiencia propia o que otra persona te lo haya contado, ya sea que esté o no en una relación de pareja. La cuestión no es juzgar a quién lo piense, sino traer algunas consideraciones terapéuticas y elementos a reflexionar que te puedan ayudar en este tema con tu sexualidad y la relación de pareja.
Lo primero que debes saber es que tener sexo por compromiso o por deber, te aleja de tu propio sentir, te desconecta del cuerpo, del goce y de la autenticidad para vivir y sentir el placer sexual contigo misma/o o en pareja.
Nuestra sexualidad puede ser entendida de múltiples formas, siendo todo un universo que envuelve no solo el aspecto biológico del cuerpo, sino también la mente, las emociones y sentimientos, el eros, el placer, el deseo, las fantasías, los gustos, las orientaciones de género, los diversos vínculos y las relaciones humanas.
Vivimos en una sociedad muy sensible a la palabra sexo, que en algunos contextos se tergiversa automáticamente y según el aprendizaje personal implícito o explícito adquirido, es asociada a la genitalidad con connotación negativa, con morbo y represión, tabúes sexistas y heteronormativos, patriarcales, valores religiosos… etc.
Las consecuencias del sexo por compromiso pueden llegar a remecer tu historia personal y calar muy hondo en tu ser, desde reducir o adormecer la expresión de los diferentes canales sensoriales y energéticos, hasta encapsular las emociones que se acorazan contrayendo la musculatura, limitando la excitación o respuesta orgásmica, y que en algunos casos puede incluso ocasionar dolor genital o nula sensibilidad.
Cumplir con la “tarea” significa querer librarse de aquello que es un trabajo, un trámite o algo rutinario; y en el caso que no se cumpla, puede haber resentimiento, culpa y/o problemas de comunicación que dificultan aún más los temas sensibles de la relación de pareja. Una perspectiva muy negativa para nuestra sexualidad, la cual por naturaleza podemos disfrutar.
Cada vez que ocurra la sensación de cumplir en la cama, hazte estas preguntas:
¿Estoy sintiendo mi cuerpo?
¿Estoy relajada/o?
¿Me siento segura/o?
¿Necesito aprender nuevas cosas?
Recuerda que siempre puedes fortalecer tu amor propio, vivir tu sexualidad con más alegría, felicidad y placer.
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Con amor y alegría
Texto redactado por Karla & Iván